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Agua del grifo gratis en el menú: un derecho del consumidor que apenas se exige
Agua del grifo gratis en el menú: un derecho del consumidor que apenas se exige

“Agua del grifo, por favor”. Una petición tan sencilla se escucha mucho menos de lo que cabría pensar en bares y restaurantes, obligados por ley a ofrecer gratis esa bebida si así lo pide el cliente. Agua que corre por las cañerías, claro. Y es que la norma, en vigor desde julio de 2022, “ha calado mucho menos de lo esperado entre los consumidores”, revela Gerard Hernández, secretario general de Facua-Consumidores en Acción, en Catalunya, lo que comparte la OCU.

Y los restauradores tampoco parece que estén poniendo mucho de su parte para que la ley se instaure y popularice, pues en la mayoría de restaurantes y bares se sigue sirviendo agua embotellada cuando el consumidor no dice lo contrario.

Son muy pocos los establecimientos que recuerdan a sus clientes, al hacer la comanda, que pueden servirles agua gratis del grifo. Hay que decir, en defensa de los restauradores, que la norma no les obliga a hacer esa pregunta. Así que por qué servirla gratis si pueden cobrarla sin infringir la ley.

El restaurador no está obligado a ofrecerla cuando se hace la comanda, pero sí a servirla si se le pide expresamente

Para despejar dudas al consumidor, lo que toca es dar algunas claves de la norma. Esta ley que obliga a servir agua del grifo gratis tiene nombre: “Residuos y suelos contaminados para una economía circular”. El objetivo es reducir un 70% los objetos de un solo uso como vasos, tapas y tapones de aquí al 2030. Otro frente en la lucha contra el cambio climático y protección del medio marino, cementerio de esos plásticos.

En su artículo 18 esta ley reza: “en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”. 

La cultura del agua del grifo gratis en la restauración no ha calado, como ocurre en Francia, y a muchas personas parece darles aún apuro pedirla

Hasta ahí, ninguna duda. Si a un consumidor pide agua del grifo y se le sirve embotellada está en todo su derecho a denunciar. Pero tal y como apuntan desde Facua “son pocos los que se embarcan en una denuncia, aunque sí nos llegan quejas de clientes que quieren saber quién tiene la razón, en caso de conflicto”.

Gerad Hernández opina que la poca beligerancia del consumidor con este tema se explica por varios motivos: “la cultura del agua del grifo gratis en la restauración no ha calado (muy diferente es lo que pasa en otros países, como Francia) y a muchas personas parece darles aún apuro pedirla. Ante la duda, de si tienen o no razón, prefieren callar y seguir tomando el agua embotellada”.

¿Y si el agua del grifo tiene poca calidad o mal sabor? ¿Hay excusa del restaurador en este caso? No. Bares y restaurantes están obligados a dar agua potable, con independencia de sus características. En estos casos –con la excusa del agua de mala calidad– sí se ha detectado, revela Facua, la picaresca de empresarios que filtran esa agua y después la intentan cobrar por ese tratamiento. El consumidor debe de saber que no tiene obligación a pagarla “y, mucho menos, si esa circunstancia no les ha sido advertida en el momento de hacer la comanda y han pedido expresamente agua del grifo”.

La realidad  es que en las mesas de esos negocios se sigue viendo mucha agua embotellada y muy pocas jarras

Desde las organizaciones de consumidores se insta a los restauradores, para evitar problemas cuando llega la cuenta, a ofrecer agua del grifo o embotellada en el momento de la comanda. Pero eso, reiteran, no pasa de ser una recomendación, pues la ley no obliga a esos profesionales a ser tan espléndidos con sus clientes. 

La realidad –basta prestar una poca de atención en la visita a restaurantes– es que en las mesas de esos negocios se sigue viendo mucha agua embotellada y muy pocas jarras, que sería la del grifo y por la que no hay que pagar ni un céntimo.

La OCU recuerda que la ley más lejos. “Garantiza que los establecimientos afectados por la norma ofrezcan siempre a los usuarios la posibilidad de un recipiente de agua del grifo y los vasos necesarios (tienen que estar a la vista) para que no haya que pedirla expresamente”. 

Esta organización de consumidores admite, como Facua, que todavía “hay mucho desconocimiento sobre esta posibilidad entre clientes y empresarios”. Así que esas jarras y vasos no están a la vista y los consumidores tampoco piden que lo estén. Si fueran visibles se generarían muchas menos dudas. “Son muy pocos los bares y restaurantes que lo hacen”, lamenta la OCU.

Si se pide agua del grifo y no la sirven, el consumidor “puede pedir la hoja de reclamaciones y si en 30 días no ha recibido respuesta se puede contactar con el servicio público de consumo, lo que abre la posibilidad a una sanción administrativa al establecimiento”.

Muy diferentes son las cosas con la norma que obliga a entregar recipientes al cliente para llevarse la comida sobrante a casa

Muy diferentes son las cosas con otra ley, la de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, que sí ha calado entre los clientes de bares y restaurantes. En este caso, en contra de lo que ocurría años atrás, no se detecta tanto apuro como con el agua del grifo gratis a la hora de pedir que se ponga en envases la comida sobrante para llevársela a casa. Los establecimientos –en los bufés libres esto no vale– lo hacen sin coste alguno.

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