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Pescado: guía de compra
Pescado: guía de compra

Pescado: guía de compra

Las pescaderías deben ofrecerte el pescado en perfecto estado de conservación y bien etiquetado. Pero no estaría de más que reconocieras cuando un pescado está fresco? Te damos todas las claves para saberlo.

Distingue si está fresco

Comprar el mejor pescado no es una tarea fácil. Nada más morir un pez empiezan a proliferar en su superficie distintas bacterias, y avanza muy rápidamente la degradación y descomposición de los tejidos y moléculas del animal.

Es básico que desde el mismo momento de la captura se empiecen a tomar medidas. El consumidor final lo único que tiene en sus manos es comprar el pescado más fresco posible y conservarlo en casa en óptimas condiciones. Para ello, obviamente es imprescindible saber distinguir el pescado fresco del que no lo está.

5 trucos para reconocer el pescado fresco

Aquí van unos trucos que nunca te fallarán.

  1. El color de la agalla tiene que ser tirando a rojizo, nunca marrón. Pídele al pescadero que te enseñe siempre la agalla y lo verás clarísimamente.
  2. Los ojos han de estar vivos, brillantes y salientes. Nunca hundidos.
  3. El pescado cuanto más tieso, más terso y más firme, mejor. Pasadas las horas el rigor mortis se va perdiendo y el pescado tiende a ablandarse.
  4. Mucho mejor si brilla, cuanto más lo haga más fresco será. Haz la prueba, compáralo con otro que brille menos, notarás enseguida la diferencia. 
  5. El recubrimiento de la tripa ha de estar completo y brillante. La de la merluza, por ejemplo ha de ser negra y brillante.

5 claves para saber si la pescadería es de fiar

Las pescaderías además de ofrecerte un buen producto también tienen que encargarse de mantener la frescura de su producto. Lo sabrás si siguen al menos estas pautas.

  • Es un buen signo que el pescado esté envuelto por hielo o, al menos, que esté sobre una base de hielo.
  • En la pescadería no debe haber grandes montones de pescado.
  • Se debe colocar en cajas, sobre una superficie inclinada, para permitir la salida de líquidos.
  • Las fuentes de calor, como unos focos de luz dirigidos al pescado, no facilitan la conservación.
  • No es una buena práctica que se riegue o pulverice el pescado con agua. Puede ser una forma de enmascarar la falta de frescura, pues gracias al agua el pescado brilla más y no parece reseco.
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